El Parkour, ¿es peligroso o seguro?
Desde R-evolution School, en las clases de parkour se realizó una encuesta para la investigación en prevención de riesgos del parkour.
La encuesta fue realizada en una clase de parkour en Valencia. En el grupo de 17 alumnos que hicieron la encuesta había 1 chica y 16 chicos , de entre 12 y 17 años de edad. En la parte cuantitativa se expresa la satisfacción y percepción de aspectos concretos de la actividad. Por lo general, todos los encuestados están satisfechos y sienten que progresan en las clases.
Para la pregunta ¿Crees que el parkour es peligroso?,
El 100% respondió “NO”.
Es interesante observar cómo los alumnos, pese a no tener una gran experiencia en la disciplina del entrenamiento, no perciben que la actividad sea peligrosa. Al aprender los movimientos, aprenden a valorar los riesgos de cada uno, en sus diferentes formas y situaciones. De esta forma, los alumnos distinguen entre riesgo (controlado) y peligro (no controlado).
Ambas palabras son similares, relacionadas la probabilidad de que ocurra una desgracia o contratiempo. No obstante, podemos entender el riesgo como un concepto ligado a la elección personal, mientras que el peligro es una amenaza externa, es decir, por sí misma. Una persona puede tomar riesgos, pero no puede “ser arriesgada”, lo son sus acciones. Una persona peligrosa, en cambio, es aquella susceptible de causar un daño o perjuicio.
Cuando somos conscientes de un peligro y lo aceptamos, empezamos a manejarlo como riesgo (es decir, como una variable con la que contamos). Todo estilo de vida entraña un cierto nivel de riesgo: Conducir un coche, consumir drogas (de curso legal o no), llevar un estilo de vida sedentario, hacer paracaidismo, saltarse un semáforo, etc.
La concepción social del parkour como práctica peligrosa deriva de un desconocimiento general, alimentado por vídeos que dañan la imagen del parkour y no muestran en qué consiste el entrenamiento, solo muestran la exposición de los practicantes a caídas, o ejecutando saltos de gran tamaño o complejidad.
Ahora bien, los practicantes desarrollan sus técnicas durante años y realizan progresiones antes de realizar saltos complicados. Esto significa que un practicante tiene en cuenta las variables de cada salto, en particular aquellas relativas a los riesgos (técnica requerida, características del obstáculo, clima, entorno, condición física personal, etc.).
Todo practicante es consciente de que en su entrenamiento asume ciertos riesgos, pero no se siente en una situación de peligro. Evidentemente, si los riesgos se subestiman o no se tienen en cuenta, el practicante se expone al peligro (no conoce o no controla los riesgos). La clave es que a partir de un perfeccionamiento técnico suficiente y un conocimiento de las propias capacidades, el practicante sea capaz de evaluar los riesgos y saber cómo y cuándo es el mejor momento para realizar un determinado salto.
En conclusión, la práctica del parkour tiene riesgos, igual que todo en la vida, queramos verlo o no. El parkour nos enseña a verlos, a comprender los riesgos presentes en nuestro entorno. En definitiva, un practicante de parkour conoce bien los riesgos que entraña su estilo de vida, ¿y tú, conoces los riesgos que asumes cada día
Si tienes entre 3 y 65 años, no olvides apuntarte a nuestras Clases de Parkour totalmente eficientes y seguras.